jueves, 15 de septiembre de 2011
¿De dónde carajos salió que uno siente el dolor en el corazón? ¿Que cuando uno se siente triste, traicionado, feliz, enamorado, el corazón brinca de acá para allá? Son idioteces.
No, no hay manera de que el corazón se te haga un garbanzo, ni de que se rompa en mil pedazos. ESTO es un corazón. Un corazón con arterias, con sangre, con carne, un músculo. Demasiado fuerte como para autodestruirse por sensaciones. Sensaciones probocadas por nuestro cerebro. Este es el causante de nuestros estreñimientos.
De todas maneras se me hace más fácil dibujar un corazón como burdamente todos hacemos, que uno propiamente hecho.
Los nervios pueden provocar ataques cardíacos, la mala alimentación puede probocar que tus arterias se llenen de grasa, gordito del MacDonals. Sos vos. Vos y nadie mas que vos te destruís. Sentís lo que te impones sentir, consumís a gran escala todo lo que te ponen en frente. Morís, a la larga y la culpa cae sobre las pastillas recetadas y sobre la TV.
Con gente como nostros, Dios debe de estar jugando a quemar hormigas con una gran lupa.
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