EL AMOR AMORATADO

No se si fue la falta de oxigeno o el impacto del momento lo que te quito el brillo de tus ojos azulados. La verdad es que ahora están grisáceos, llenos de dudas. Y yo soy la culpable. No me explico como pude cometer acto semejante. No me explico como es que pude amarte tanto. Y no me explico porque ya no respondes a mi llamado. Debo suponer que se acabo todo aquí. O que nunca empezó, para hacerlo menos doloroso. Pero estas cada vez mas pálido. Me tiemblan las manos. Siguen pegadas a tu cuello. Como si un imán las atrajera hacia ti. Tu rostro se quedo paralizado en el momento mas bello de un sueño Aunque tengas los ojos abiertos ya no me lastimas con tu mirada. Ya no. Pues no distingo ese azul estridente de tu exprecion. Es mas, no lo puedo diferenciar de tus pupilas ya dilatadas posicionadas sobre mi rostro.

Me siento sucia. Sucia. Pero, ¿Por qué?

¿Por amarte así? Ese fue mi delito. Uno no tiene permitido tomar la vida de nadie. Pero tu tomaste la mía, y la doblaste a tu antojo. Despego mis manos de tu cuello rojizo. Mis dedos te han provocado un color purpura en la piel. Tus labios suspendidos en el silencio pronuncian las más suaves palabras de amor, aunque estén violáceos por el frio.

El frio… si, que frio que hace aquí. Es insoportable. No aguanto, debo irme. Te miro por última vez. Tan hermoso. Tan detestoso. Cuanto te he amado. Y cuanto he pagado por eso. Antes de salir corriendo, recorro con un dedo tu ceja. El contorno de tus labios y tu otra ceja. Estas muy frio. Aunque nunca sentiste demasiado. Te robo un último beso y una última mirada, y corro, corro, corro. Hacia ninguna parte, ya no tengo donde ir. Ahora si estoy sola. Y aunque el querer te arranque el corazón y te deje sangrando en el piso, te agradezco por los recuerdos. Aunque no fueron todos tan buenos.

-Luego de pasar por tanto, de arrancarte la luz y de acabar con mi futuro, solo llegue a una conclusión:

“el amor nos hace idiotas”.