miércoles, 9 de junio de 2010
Destrózame.-
Y cuando pensé que era libre de todas ataduras, sentí el crujir de mis costillas contra tu fuerte e imponente brazo. Listo para actuar ante mi pequeña e insulsa rebeldía.
No te dejes enamorar nunca.
El amor no solo se siente en el corazón. Los huesos marcados de pasión, y la piel reboza de cardenales violáceos, hermosos como ellos solos decoran el templo que has hecho de mi obsesivo querer hacia ti.
Y ya no importan los sentidos. Ya no importan las palabras si ya no hay voz. Ya no tienen importancias las suplicas, se me quedaron atoradas en la garganta. Con cada 'te amo' cada miembro rompes.
Si no supiera que lo haces por amor pensaría que me odias. Pero sé que encuentras placer al verme sufrir. Y sé que no podría vivir sin el dulce dolor.
Una vez más, antes de que alcance el fondo. Una vez más y estaré libre de vida, pecado, y de ti.
Una vez más y mis lágrimas se las llevará la sangre, espesa y negra, cuajando por doquier.
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