- -Alice-
jueves, 9 de septiembre de 2010
Tal vez si no hubiera seguido al conejo blanco ahora no se vería bajo este techo de barro y raíces, muy por encima de su pequeña cabeza.
Tal vez si no hubiera sido tan curiosa y egoísta, ahora seguiría tomando una siesta en el bosque, escapándose de los quehaceres.
Pero los niños seguirán siendo niños, y la curiosidad seguirá matando al gato, una vez más.
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