Abrazar a un peluche por no tener quién te dé un abrazo que llene. Al menos el peluche es suavecito, y se siente bien. Y no sólo eso. Lo podes estrujar cuanto quieras, no se lastimará, ni se quejará, ni nada de esas estúpidas cosas que la gente hace para arruinar los momentos.Ultimamente tengo el constante pensamiento de que si fuera uno de los perros, tendría otro trato.
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sábado, 19 de marzo de 2011
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