domingo, 27 de marzo de 2011
Estoy en un momento en que trato, con todas mis neuronas, tomar todo el odio, bronca y no entendimiento que tengo en este momento, y transformarlo en una obra poética. O algún texto, como muchos otros, que guarde la sombra de todas estas emociones desbordadoras. Nunca pensé que preferiría apurarme y ser MAYOR. Ser mayor, osea, tener 18 años, es la gran liberación en este país. Es como el cuchillo para el que se quiere cortar las venas, el agua para el que se quiere ahogar. Es como el aire que necesitas para salir al mundo, tomar tus propias decisiones, sin que NADIE esté conteniendo todo tu potencial. Es volar. Si, suena tan patético, pero ruego para que llegue pronto el día en que haga lo que se me de la reverenda gana. Y se vallan todos a la reputa que los parió. Claro, les voy a agradecer. Les voy a agradecer mucho todo lo que hicieron por mi. Pero me voy a ir tan lejos, y no va a hacer falta que los odie. Bastará con que no les hable nunca más.
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