miércoles, 29 de junio de 2011
lunes, 27 de junio de 2011
domingo, 26 de junio de 2011
Trepanaciones.
Esa manera que tenés de pasar por encima de todo y de todos. De mirar hacia atrás y que no te duela al hacerlo. Las pisadas nunca fueron tan toscas. La forma de evadir las negaciones nunca fue tan eficaz y el sentirte transparente en el espejo se vuelve constante. ¿Lográs verte blanco llevando toda esa brea a cuestas? Hay situaciones, hay cosas por las cuales nos vemos condicionados, ¿y no se te dobla la espalda? La inmutabilidad a la que sometes tu cara rompe todos mis esquemas pero ¡uff!, como quema tu grito en mis venas. Y es que cuando no hay palabras que intermedien la escena, los poros terminan por delatar. Poros delatores. Sé. Estar parado en medio de una habitación plagada de gente y gritar. Gritar sin que te escuchen. Llorar y suplicar por cánticos adormecedores y por que la sal no queme tanto. Tanta cantidad de miel sin probar. Sin nunca ser probada. Y después de todo, conseguir una especie de lobotomía barata, realizada a mano alzada, que te dejó los ojos de porcelana. Tengo los brazos abiertos y espero.
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sábado, 18 de junio de 2011
Melatonina
Las noches están salpicadas con tu voz. Es tan fácil volar. Es tan natural perderse entre las texturas y colores. Los músculos faciales no duelen.
No hay unidades. Todos son parte de todos. Todos somos una pieza de un enorme rompecabezas. El cual solo llego a entender cuando la gravedad me permite verlo desde arriba.
No quiero despertar. Porque nunca parezco dormir lo suficiente.
La razón no encaja en este estado. O tal vez se llega al verdadero racionamiento cerrando los ojos.
Y los presentimientos me inundan. De alguna manera conozco las cosas, y no quiero mirar, porque sé como terminan.
Todas las palabras que dije, que no diría. Todas las promesas que no rompería.
Mi relativa sonrisa hirviendo en mi cara.
Es como tenerte en la punta de la lengua, y amenazar con parpadear y olvidar todo.
Y todo está bien. Las cosas se acomodan perfectamente por aproximadamente 6 horas.
Qué cálida voz la que me arrulla.
Qué ojos rebosantes de comprensión.
Qué ojos rebosantes de comprensión.
Pero, a fin de cuentas, prefiero no mirarlos. Porque lo más difícil de todo esto, es despertar.
miércoles, 15 de junio de 2011
lunes, 13 de junio de 2011
sábado, 11 de junio de 2011
En este mundo, que seguramente alguna vez fue soñado, con grandes bosques, lagos, océanos limpios, tierras sin violar. En este mundo para poder caminarlo tendríamos que aprender desde infantes la palabra perseverancia. Si no perseveras; Moris. Es fácil, es sencillo, pero no rápido. No se trata de rapidez. Quiero creer que tu dios para crear la tierra no lo hizo en 7 días. Ni aunque fuera Dios. O si, y soy yo la inculta que trata de comparar a los humanos con divinidades. No soy agnóstica. Para nada. Pero así como las teorías del big-bang, los dinosaurios acabados por agua o fuego; desde esa época hasta la forma en que masacramos diariamente a Gaia no veo a ningún dios.
Asimismo como la teoría de Darwin. La supervivencia llegará solo a los más fuertes. Gente comiendo gente. Pasar por al lado y dar la espalda a los más débiles. Seguir a delante y tratar con cuerpos corroídos y mentes hipócritas recluirse del vaho de la sociedad que poco a poco comienza a sentirse. Pero ya nos convertiríamos en maquinas. Y vamos, ¿A quién le da placer ver a sus hermanos morir mientras seguimos con nuestras rutinas? ¿A quién no se le mueve algo al ver los nenes correr descalzos, buscando su propia forma de sobrevivir? ¿A quién no se le llenan los ojos de lágrimas con las guerras, las muertes, las mentiras mundiales que nos terminan desmembrando? Esos hermanos son nuestro reflejo, solo que libres de la suerte de ser nosotros. En el piso y sin brillo en los ojos. Esos nenes robarán para comer. Esos nenes son los que uno aborrece y si puede pisa.
Algo tan pequeño como un brote de una semilla necesita tiempo. Un feto; para gestarse necesita sus 9 meses. Entonces, ¿por qué no aceptamos que con perseverancia podríamos lograr todo lo que acabamos de destruir?
Poner ojos sobre nosotros mismos. Reparar materialmente lo que nos vienen exigiendo espiritualmente. Desobedecer a los farsantes, ponerse en riesgo a la exclusión y caminar al revés que todos. Ir en contra de la corriente. Nunca me gusto seguir a la masa después de todo.
Y si no hay ningún Dios, y si estamos quemando nuestros pies, nuestras raíces por cosas que prontamente se volverán efímeras. Y si todas las enfermedades nacieron con nosotros: la gula, la codicia, el orgullo, la ira, la pereza, la lujuria, la soberbia. Y son acciones, sentimientos tan apegados a nosotros que es tan difícil arrancarlos sin arrastrar la piel con ellos. Y si nosotros nos hicimos de la forma en que somos, porque no hay más culpable que uno mismo, ¿qué quedará para mis hijos? O para los tuyos.
Solo la palabra perseverancia; ante todo, ante nada. No perder la compostura. Las cosas se hacen esperar. Y si no llegaran, te levantás y volvés a tratar. Es un círculo. Tarda, si. Pero no se trata de tiempo. Y créeme, lo veo más sabroso que el vaho en el que me estoy extasiando.
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